Queridos Papás:
A través de los tiempos, niños de todo el mundo ansían la visita de alguno de mis duendecillos colaboradores. Estos duendes han trabajado muy duro y es tiempo de que descansen y disfruten del calor y cariño de una familia. Ayuden a sus niños a cuidar de ellos, regalonearlos y llevarlos consigo donde quiera que vayan.
Ahora bien, con la ayuda de ustedes, estos duendecillos pueden cobrar vida durante la época navideña y junto a ustedes realizarán travesuras mientras sus niños duermen, durante cuatro semanas previas a la Navidad y quizás hasta algunos días pasada la Nochebuena. Después de esto, la magia de todos nosotros vuelve al taller de juguetes para regresar la próxima Navidad.
He sabido que algunos amarran los cordones de distintos pares de zapatos, desordenan los closets, la ropa, lápices y juguetes, pintan los espejos con pasta de dientes, se comen las colaciones, se esconden cerca del hielo, juegan con aviones de papel, escriben mensajes, juegan con el papel higiénico, entre otras miles de travesuras que ustedes podrán imaginar, para que la magia llegue para quedarse en sus hogares.
Continuar esta maravillosa tradición, será una bendición para la familia y un recuerdo que atesorarán grandes y chicos a lo largo de sus vidas.
Con mucho cariño, desde el Polo Norte…